30/4/19

Mario

A las 23:45 horas de este día martes mi papá falleció.
En el sentimiento abrumador de la congoja, aparecen como preguntas:
qué pude haber hecho yo de diferente
qué pudieron hacer los médicos
qué pudo hacer él.
Hace poco confesó que quería descansar y estar tranquilo.
Su paz y alma están ya en otro plano y con Dios.
Abril parte y también mi valiente papá.
Nos volveremos a ver por ti y por mí en un cielo del que ya haremos recuerdos futuros.

18/4/19

Pequeño viaje del ánimo

El estilo preciso para afrontar una enfermedad tiene que ver mucho con la disposición de tu historia.
Una historia que puede hacerte fuerte, una historia que puede prepararte para los embates de un hospital, una historia que te condenará a mas problemas adentro o una historia que te empujará a caer en manos de patógenos.
Hoy al ver que empieza la íntima travesía de una situación crítica: enfermedad, signos vitales, cuidados intensivos para aquel hombre tan contradictorio y querido. Todo de nuevo empuja esta superficie de vida, como el océano bullendo de dudas y temores, y lanzando al ritmo de cada ola: ¿saldremos incolumes al final de esta tempestad?, ¿llegaremos a buen puerto?, ¿seremos todos los que la empezamos?
Hoy al enterarme en la hora del almuerzo que lo temido ya se hizo carne y presentó sus cartas, una misiva que tenía las rojas letras: shock e inconsciencia. Lo vi, fui el primero que notó esta comunicación y actué con calma, con tranquilidad. Lo abracé, lo miré, y acepto que mientras lo llevaba al auto tenía ese presentimiento funesto. Pero en general buscaba no sentir bien el largo peso de este estado de calamidad. 
Ya con el paso de las horas hay en mi conciencia bastante resquebrajo y pensamientos aciagos. Sí hay miedo, sí hay poca claridad, y sí parece que lo más temido hará su presencia. El peso de que el tiempo ya no alcanza y, las culpas y remordimientos parecen ser los cantos más filosos que se escuchan.
Entonces.
Qué consideración se puede tener más que solicitar una sonrisa y empezar a rezar.  Será la voluntad de ÉL, mi señor, aquí en la tierra como en el cielo, quien lo decida.
Es jueves santo y las nubes de tormenta arrecian esta historia. Noche temible, pero ¿quién soy?, solo un testigo e hijo de mi padre, a merced de los destinos que debo respetar.