Teníamos tres pollos:
uno dorado, uno negro y uno amarillo.
El negro se lo comió benji can. el amarillo se murió de algo.
¿y el dorado?
ese desapareció. Nunca más lo volvimos a ver desde que un día dobló una esquina en el sillón de la sala. Simplemente dejó de piar y puro vacío.
Así fue como el pollo dorado se esfumó.
Yo sigo creyendo que viajó al futuro y se aparecerá en aquel rincón de la sala, por el 2022.
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