el lienzo es la luz y el dibujo línea. contornos que separa rugosamente los límites.
te sueles preguntar por el menudo esfuerzo, mucho y pesado, para conseguir cosas y reconocimientos materiales. es natural. Si lo haces eres exitosa, inteligente, admirable y ejemplo: viste como lo hizo "tal", tú también puedes hacerlo, suelen repetirlo. el tránsito al éxito es fe, es persistencia, es el cerebro de toda nuestra existencia: luchar sin descanso para nuestras metas.
Y eres inteligente si puedes coger tu futuro entre las manos.
Pero, qué pasa con el camino opuesto. el que sigue uno que no puede tener la suerte o la fuerza, o incluso quien renuncia a las oportunidades doradas. Eres tonto, poco inteligente, un fracaso. Es nada de lo que debas seguir; empero, ¿así tiene que ser?
si se sabe que lo esencial es invisible a los ojos del rostro, al menos es la frase que hacen popular de un pequeño príncipe, entonces lo material y visible, son solo una cáscara hueca. Y si lo invisible, tuviera otra lógica, no esfuerzo, no trabajo, ni siquiera pensarlo o esperarlo.
Acaso ese sentimiento de verano que aún puedes recordar con este reflejo de sol, no fue casi perfecto. recuerda fue espontáneo, fue casi gratis y sin que lo hayas planeado ni siquiera trabajado. No, no hubo gran trabajo para ese momento de perfección.
hay dos caminos, uno de esfuerzo y mucha inteligencia para lo material. otro de quietud, inmovilidad y ser tontos para lo invisible. ¿cuál crees que servirá? te lo aseguro, la respuesta a esa pregunta Dios ya la puso en interior. ¡créete!
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