Creo que la gente que defiende algo negándolo, lo hace porque es la forma como ve el mundo. Algo como la defensa última ante lo que le produce un dolorosa disonancia. Y no suelo hacerle escarnio público, porque hoy me aburre atacar a gente que piensa distinto y dársela uno de poseedor de la verdad. ¡Pero, hay temas innegables!
La violación de niños es algo muy terrible. Y no tiene que ver con DIOS, la religión, los comunistas, los curas gays, el marketing; es mucho más complejo. Es la incapacidad de controlar la arrechura por el sujeto de tu deseo; zurrarte en la repercusión de tus actos; y sobre todo colocarte en una posición de poder donde obras para lastimar y usar a alguien indefenso. En suma, es un acto cobarde de un cobarde porque solo siendo débil como alma, como humano, como adulto, se puede violentar la intimidad de alguien más -niño, adulto- por placer. Y mucho peor es quien lo encubre, valiendose de la institucionalidad religiosa y sometimiento en la sociedad.
Es terrible, pero es algo que siempre sucederá.
Hay demasiada gente que habla; pero pocas, poquísimas, personas que defienden y se la juegan por el bien y lo correcto. Si hubieran muchas más de esas personas otro mundo sería posible.
¡Viva Don Ramón!
¡Mándanos ya ese cometa Wiracocha!
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