Creo que el problema más esencial de nuestros temperamentos se debe a una simple descordinación. Tu duermes al este, yo al oeste, y de esa forma del sol que sale al sol que se oculta tenemos dos ritmos muy distintos.
Te has dado cuenta acaso lo peculiar que eres al cuidar de otros, y sientes que nadie te cuida a ti.
todos los días te preocupas por alguien, y te extrañas a ti misma.
Yo también cuido, pero suelo ser algo lento en captar el detalle, pero eso sí soy más práctico. Por eso mis cuidados pueden ser más cómicos.
De todas formas ambos somos muy sensibles, y sentimos muy hondo que la vida suele ser muy jodida cuando da muchas limitaciones para proteger a quiénes más quieres. Si pudieramos ser y calzar a la perfección en las expectativa de ellos que necesitan de nosotros.
Buscamos ser lo mejor de nuestro ser, pero para velar por quienes amamos.
Es muy contradictorio, y en realidad deberíamos prometer menos. Aunque eso es difícil, tu y yo amamos prometer porque nos sale muy fuerte entregarnos.
El otro día te soñé. Estabas sola pero bien, podría decir que eres brillante y pegajosa como una canción de moda. Me gustaría verte bailar, pasito a pasito en la pista de un karaoke japonés.
Me viene a la mente una pregunta ensortijada: ¿Nos estaremos esperando para ser padres?
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