Creo en la entropía como la cantidad de energía que un sistema termodinámico no puede aprovechar para realizar trabajo útil. Creo en el grado de impredecibilidad de una variable aleatoria, y que tal grado solo depende de la cantidad de información que puede codificar dicha variable. Y por la formulación estadística de estos sagrados principios asisto a la divina expresión del espíritu que en la imagen de la entropía y la impredecibilidad, nos recuerdan el luminoso descenso desde la perfección de Dios para impregnar el universo y luego expandirlo y ordenarlo en el caos. Pues solo en el caos podríamos existir por amor del padre.
Creo, en la sacrosanta trinidad de la termodinámica, la información y el caos. En el nombre de Dios.
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