Los chinos dicen que la liebre es el único habitante de la Luna, y es poseedor de la inmortalidad.
Pero no son los únicos
En una leyenda india; Hare, la liebre, ofrece una promesa ante cualquier mendigo que le pidiera comida. Como solo tenía hierba, y eso no sacia ningún hambre, prometió que sacrificaría su cuerpo para calmar el apetito de un necesitado. El rey de los dioses, Indra, bajó de los cielos a probar su promesa disfrazado con harapos, le pidió alimento y Hare juntó leños con el mendigo para hacer fuego, diciéndole que tendría una cena deliciosa y caliente. Al crecer la brasa, Hare impulsado por la compasión al necesitado se lanzó al fuego pero no se quemó. Hare sorprendido miró al invitado, quien se reveló como Indra, rey de los dioses.
Hare le dijo consternado el porqué de su treta; que él ofrecería su cuerpo para la necesidad de cualquier ser que lo pida.
Indra, maravillado por este ímpetu de sacrificio, le dijo que esa entrega no se halla en el universo con facilidad, y que en homenaje a esta tallaría su perfil en la luna para que generaciones y generaciones posteriores recordaran a Hare, la liebre.
Así, dibujado en las manchas de la Luna se encuentra Hare, descansando y mostrando el sacrificio ante el projimo para quien sepa ver.
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