12/3/16
TIEMPO DE NO FINGIR
Aunque el Perú son usuales las sorpresas trágicas y penosas, desde que salimos el año 2000 del fujimorismo no creí que volvería a presenciar elecciones tan sucias.
Pero me equivoqué. El aprismo demuestra que le gana al fujimorismo en atrevimiento y temeridad (porque han abierto una caja de pandora para la endeble democracia peruana, ya que ahora es todos contra todos con todo, y pronto abusarán de tu candidato favorito)
Quizá te alegre porque botaron a alguien que no te cae y le veías mil defectos. Pero no puedes ser tan limitado/a. No se trata de él como candidato, se trata de lo que representa que lo echen de las elecciones a solo un mes. Y que también boten a Acuña. Es decir, el derecho a que puedas decidir no votar por ellos para votar inteligentemente por otro, como el derecho de otro peruano que sí quiere. Es el respeto por el otro mientras te respete a ti, aunque no te caiga, aunque sea mal candidato, pero no puede estar bien que eliminen a alguien por argucias legales para que tu candidato suba. Eso es jugarreta, es criollada, es ganar sin honor en la mesa y es penoso que saludes una desgracia ajena porque no tocaron a quien apoyas.
Quizá te sientas bien en decirle llorón a Guzmán e inmoral a Acuña. Pero, por tus agresiones no te percatas de que la democracia peruana apenas tiene 15 años de reconstruida, y que la decisión del JNE es un golpe bajo a un púber régimen político, porque establece precedentes de hasta donde la decisión de 3 personas cambia todo. Y por más que Toledo o Humala hayan tenido corrupción, pues no tuvieron el arrojo de atreverse a tanto y salieron a los 5 años. ¡¡Alan es otro cantar, y ni qué decir del fujimorismo!!
Y no te sorprenda la unanimidad de líderes políticos en permanecer impasibles. Aunque siempre hay excepciones como Verónica Mendoza o Alejandro Toledo, quienes solitariamente acusan que está mal que eliminen la candidatura de los dos. El resto: hombres limitados, hambrientos de poder y egoístas.
Hoy ya no se trata de tu candidato o preferencias partidarias, se trata de que el verdadero enemigo siente que puede hacer lo que quiere y ensuciar las elecciones, denigrar al JNE como institución, de cambiar el orden por argucias legales, de ser tan severo con su oposición como ser considerado con los aliados, de usar su poder para evitar que alguien no sea electo. Y si te llega esto, hay una tenue línea donde te haces cómplice de los mafiosos que sí ganan con la salida de ambos.
Te diré algo, si ves más allá de que tu candidato está en carrera, subiendo y le haces barra; si vieras más allá de tu alegría momentánea, también notarías que los enemigos reales del Perú son Alan y Keiko. Y si crees que estamos en justa contienda democrática pues te equivocas. Cambiaron todo ayer. Hoy, es una mafia corrupta contra cualquier peruano decente. ¿Tú en que bando prefieres actuar? ¿O estas destinado a ser marioneta?
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