Hay jerarquías, tan viejas y empolvadas de telares de arañas,
que cuando nacía solo tenía la elección de ver los signicados y sentidos
de su gris sombra bajo mis pies.
Y nací
para la autodestrucción o la carencia
para el palomo aplomo de no hacer nada útil,
medible, escribible o reseñable.
Con la pasividad de ver la vida hacerse al tiempo.
precisamente me dejo robar el tiempo con violencia
y ni siquiera puedo perderlo.
Paso a paso hasta que me desvanezca
dentro del clasismo de ciertas formas,
como roles, como vestidos, como cortesías
estilzadas con presunción, con poco qué decirte,
pero con mucho para despreciarte
mis años suman nuevas ideas
que tienen en sí
la aristocrática
arbitrariedad de ser
ilegítimos saludos al sol.
Con cada nuevo día,
debería yo estar despierto al llegar
amor mío, padre mío,
sobre el horizonte.
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