Y esa mujer de negros cabellos tenía una tristeza infinita,
tan grande que golpeaba a los hombres que deseaba
como una forma de llorar ante el luto de la vida.
Mujer de tristeza, que tenía una profecía sobre sí
devastaba porque era una sabana inerte, una estepa agridulce
en toda esencia explicada
una isla donde era vasalla del deseo de ser pero no poseer
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