tú y yo de las manos juntados
Volaré hacia una piscina vacía en una patineta setentera.
Y con ese giro al aire podemos encender el baile de tantas vidas en sus inviernos.
Imagino la danza de pequeñas historias que nos hemos contado,
donde me dices que no sabes bailar salsa, pero yo tampoco.
Empapados de una fiesta subterránea, con el ardor de una tarola y una botella helada de maracuyá.
Intentamos, entre sueños pintados
un mundo elevado y claro
Y en giros como amigos jugando en sillas con fuego
Somos remolinos, y llamo a un recuerdo
que nunca ha sucedido allá afuera,
tantas veces soñado esperando en la forma del silencio.
Que habrá sucedido por tus pensamientos la víspera del primero.
No, nunca hemos estado.
Pero te he esperado en los inviernos que vienen a cazarnos.
Oteo la luna mientras tú miras al sol
Y esta noche estamos aquí,
yo pensándote y tu llamándome.
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