Hace muchísimos años, sábado como hoy, ocurrió esta peculiar despedida de uno; que tras salir de clases y verte por esa calle de santa beatriz al lado del gran parque, que hoy ya no existe como antaño, no la cobijan esos árboles y las sombras de entonces; te impregnaste para siempre en mí como una situación de color, olor y hasta sabor.
Pero, tú, ensortijada llevabas tu espalda, y así te perdiste con tus amigas ignorando el peso de ese día con ese momento.
Y ya no te volví a ver.
La magia del tiempo y los designios es muy precisa, casi matemática de energías y mística.
El año pasado un 25 de tal, me despidieron de forma muy sintomática en medio de la lujuria de un estado febril. Vaya que sentí que podía durar más. Pero, aquella mujer fue dura y enfática, no quería saber de mí.
En la hora actual, por la penumbra de la noche de víspera de viernes, también sucedió algo igual. Por teléfono, yo en mi cuarto, otra interlocutora, ahora era alguien que no podía corresponder y de nuevo me dijo hasta luego, que debía olvidarme, aunque le dije que podíamos ser amigos. Colgó y acabó.
Recuerdo que tú me dijiste hace veinte años lo mismo, y siempre pienso que debí aceptar y aprender lo que es ser tu amigo. Pero vaya ya es tarde para desandar ese camino.
Pero qué haces cuando las lecciones te son dadas tempranas a ti, y a otros les falta saber.
Igual te confieso algo, si te escribí hace poco en tus cuarentas, es porque un ave me dijo que en tus sesentas será una buena anécdota. La escuché mientras caminaba hoy.
Lo que son las cosas, estos 25 me llevan a que alguien me deje atrás, cuando se podrán quedar. Yo creo que la respuesta es muy simple, y lo digo con una sincera sonrisa que te imagina de espejo: el amor propio y el amor de Dios es lo verdadero que necesito hoy. Y punto.
Hoy escuché en el azar closing t y true l.
Para luego, en la frontera de este día, habrán tres canciones pensadas en ti por la medianoche: corazón...., ... pensé... y ... veces. Ojalá algún día te las pueda hacer escuchar.
Es curioso, pero nunca más volveremos a vivir un día sábado parecido a hoy, solo al final del siglo se repetirá.
Entonces, es especial decirle hasta nunca pronto, fuiste muy importante, pero es momento de avanzar.
Te sonrío y abrazo en tu estado. El sin tiempo avanza para abrirse a las trinos de la nueva puesta de sol.
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