Unos cabellos ensortijados.
Con el tiempo dejó de llamarme la atención y ya estaba acostumbrado, hasta que esta noche de súbito ese cabello fue mi tipo especial de cabello, y como si una mano me cogiera del asiento del bus para saltar en el tiempo a un año muy viejo del milenio pasado, pude ver una proyección de como veía entonces. Un cabello en remolino sobre unos hombros menudos, y fue extraordinaria la pregunta que vino a mis labios: quién en este universo quisiera ver a esta desconocida, quién desearía cuidarla y sonreirle. Alguien daría sus reinos por estar en mi lugar. Para mí es nadie pero para alguien es la suma de todos sus sueños.
Como yo en el pasado, cuántas veces y cuántos desconocidos te han visto sin saber el tesoro que eras. Una paradoja. Un misterio ordinario.
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