10/3/13

runaway

Un día empezó y pronto fue a ser una tarde, con la risa en el mundo y el clima amable.
Esta tarde mansa, de súbito, él tuvo celos, él vio las mariposas que batían desde sus pestañas como pequeñas flechas a sus ideas, a sus temores.
No estaba libre de una maldición.
No podía dejar de saber. Y preguntar. Él tuvo celos y se quedó solo aunque siguió en el mismo lugar, pero no hay que olvidar que la oquedad de las palabras perfora sutil lo que nadie ha tocado.
Luego, ella dijo adiós y se guardó todas las bellas frases del futuro que nunca tendrá oportunidad de decirle.
Sobre la ventana entonces, podría jurar que un pajarito naranja pareció querer acompañarlo en su soledad, y cantó.

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