Make me wanna Scream

Julie: nunca pensé que podría morir, creo que inconscientemente creí que él sería inmortal.
Mazeta: Un ídolo de la niñez, puede ser alguien muy efímero y hasta avergonzarte cuando pasan los años.
Mosca: o hasta olvidable.
Yoni: y sin embargo, creo que más allá que fuera un gran bailarín y cantante, lo más resaltante de él fue que en su obra tenía una preocupación: repelía la injusticia, la violencia, la depredación ambiental en casi todas sus canciones. Sólo que, por ejemplo a pesar que cantaba contra el racismo, él mismo era un negro blanqueado.
Mazeta: sus intenciones y sus mensajes eran muy buenos. Pero sucumbió su ideología dentro de sí mismo.
Julie: se desquició antes de conseguir lo que sea que haya buscado.

La vida es demasiado corta para ser profesionales del Arte. Lo decían más o menos el esquizoide Picasso y el alcohólico Chaplin: una obra de arte nunca estará terminada totalmente. Y los adjetivos que acompañan estos apellidos no son un recurso de ninguneo. En realidad hay algo muy trágico en la genialidad, separa de la cotidianeidad a sus poseedores, y los puede empujar a enfermedades, conductas y hasta ideas reprochables. Buscar la belleza y la perfección con entrega te lleva a la autodestrucción.
Y entonces, qué. El recuerdo, el homenaje traspasaran todo. Porque como mortales somos excéntricos, delincuentes, mentirosos, payasos de nosotros. Finalmente, como inmortales ideas seremos lo mejor que pudimos haber hecho. Ni una nota más ni una nota menos.

El baile es una forma hermosa de comunicación, mover los músculos como las letras, unir la física de tus movimientos a una expresión de fuerza, dulzura, diversión. El baile es hablar con mucho más que la boca o el rostro; es convertirte en un lápiz gigante para desatar sorpresas con todo hueso, músculo y articulación. Y no hubo nadie más grande y creativo que él para hablar este lenguaje.