8/1/21

Gitana al amanecer

Dentro de una casa, en una madrugada de verano esta madre primeriza se despierta con los llantos de su recién nacida para alimentarse. Mientras ambas están acomodadas en una silla, al darle de lactar ella empieza a sentir una comunicación bendecida con su hija. El poder de un amor maternal la inunda como algo que no ha experimentado  antes. Es clara y directa, la sensación de felicidad y satisfacción mas honda que ha conseguido sentir. No se puede explicar que con tantas décadas viva, hasta ahora recién conoce el deleite de una unión que le dice en el corazón: quiero estar junto a ti. Su hija deja el pezón adolorido para dormir de nuevo, la pone en su cuna y regresa a la cama con su hombre, que duerme seco.

Inadvertido del suceso que vivió su mujer; ella lo mira con cierta paz cubierta en una pena sin condiciones, piensa que él se perdió esta maravillosa cercanía que acababa de alcanzar. Echada, los pensamientos no cesan. Y surge soterrado un suave resentimiento. La forma como estaba con él ha empezado a cambiar. Ahora, susurros como la suerte de él por seguir durmiendo, que lo dejará bien descansado en la mañana; y lo injusto que es que la lactancia solo implique a la mujer; que él no se levante y le dé un biberón con leche, sin siquiera haberlo previsto. Su hija, vuelve a llorar de nuevo. Aquí su ira y resentimiento ya llenan el ambiente, porque no ha podido volver a dormir. Otra vez más.

A la espera del peso de sus propias preguntas, ahora mira un cuadro colgado en la pared que le regalaron por la bebé. ¡Por qué me siento resentida y colérica para levantarme y alimentar a mi hija! Es culpa, ¿es que tengo algo malo? Soy una mamá egoísta. ¡Por qué la ira con este hombre! Ni cuenta se da, ni sabe lo tanto que quisiera tirarle este puto cuadro. Es injusto estar despierta, no es racional sentirme tan solitaria, si mi hija y él están aquí. Nada parece haberla preparado para esta ira cercana a sus manos. Su hija duerme, él duerme. ¿Qué puede sentir sino que le cuesta el sacrificio? Le queda evidente, al curso de esta noche, que ella no puede escapar a la ira y el resentir. Es imposible que la hermosa pequeña sea la culpable de estas sensaciones, ella que le acababa de regalar la unión mas dulce que ha conocido. Queda entonces un sujeto. Él es el culpable de que pierda libertad de sueño, le salgan ojeras lóbregas, pierda lozanía y le duelan los pezones. Su ansiedad se expande oscura, y él ni siquiera lo nota. Se echa otra vez, y voltea a mirar al otro lado, concentrada en su respiración para que pronto olvide, debe dormir. Tiene esa esperanza, sus palabras negativas no deben estar para la mañana. Eso pide en un deseo antes de desvanecerse en un sueño cansado.

1/1/21

Todos las chicas del mundo

En este viernes que data el inicio del año 2021 del calendario gregoriano; las muchas sucesiones del tiempo que hemos vivido dibujan un proceso rítmico que gira un círculo, entre el rojo y el negro. Como el silencio de un relato de ciencia ficción donde femenino y masculino son energías de los años; que en sí se superponen en el capitanazgo de nuestros ensueños.

Ayer le di cierre a un ciclo de 3 periodos de años hermanos, donde al aire de la oscuridad me quedé preguntando ¿Cuál era el sentido del tiempo cerrándose en época de verano? Un espacio lateral de genes y recuerdos entre adorar o luego aborrecer. Sol y mar para abrazar. Mira entonces lo que han hecho de nosotros las conexiones, la comunicación inmediata de cigarros y olvidos, en nuestra relación cercana con el trascurrir. Como soy, si soy un rayo de conciencia en medio del amor y la luz.

Las personas entienden que las preguntas llevan a más interrogantes de lo que sucedió anoche, o pasará en la mañana. Y me parece hoy más sencillo, y también placentero, caer dormido que caer enamorado.

Entre adorar o aborrecer, me surge un eco sobre dos proposiciones que me han susurrado las voces del destino ayer, día último de un año con muchas reminiscencias hacia 22 años atrás. Como dije se cerró en mi vida esta recurrencia de 3 años hermanos por sus cualidades lunares y calendario. Retomando, lo que escuché primero fue cultivar el desapego para transformarme y lo segundo fueron las reglas de como criaré a mis hijas.

Queda por entendimiento el curso de acción y conductas, en estas sugerencias.

A entrecejo de la idea que todo inicio mío viene de la conclusión de otro. Asiento, ante la duda dulce de que mi destino tiene más peso, que mi mente; y que entonces el número cinco lleva a una escalera amarilla verde, y en este punto mis palabras suenan tan raras, pero tienen mucha lucidez pues la ascensión tiene colores, tiene aritmética y sobre todo hay conexiones. Cuál es la conexión que me surge a esbozar una sonrisa por las bendiciones recibidas y la protección dada. El camino señalado en el amor hacia la divulgación.

Y hubiera querido que sepas. Pero no se han dado las puertas para este propósito. 

Aún así entre la espera de una vida, al ritmo de un auto veloz bajo el sol apacible que salió hoy; mi mente y corazón perdidos en control, no han sido devotos de que el mundo me vea porque no pueden entenderme, porque con toda firmeza solo han querido que tú sepas quién soy yo.