31/3/21

Lucis verano

Queremos estos objetos como aquello testigos de una fascinante historia que nos hemos reconstruido en la memoria. Por nosotros mismos en la tarea de escapar de la inexorable máquina que Cronos nos legó. Tratamos, inseguros y curados, de invertir la unidireccionalidad de un perpetuo presente, huyendo con la memoria que reposa en este objeto tridimensional, sobre el peso de una experiencia y la satisfacción de un momento quieto e inalterado. Como el cuidadoso pliegue de estar encantados en ese juego de niñez.

Todo por nosotros mismos, por ellas mismas, por ellos mismos. De nuevo inseguros y curados. Descifrando heridas, estableciendo puentes, respirando la guerra marcada de nuestros derechos y placeres, para las promesas que se acabaron. Que digo y que dices entre cortinas y paredes. Fueron susurros en ondas, que cabalgaban energía, nuestra energía la que impregnó aquellos objetos. Que hoy son meros monumentos que vuelan en fuerzas acumuladas para lo que vivimos antes, con lo dicho, con lo pensado, y lo amado.

Atados en sogas rasgados de cuerpos en posiciones obscenas, condensados en poder, en violencia; actuábamos bajo la frecuencia del ritmo de nuestros deseos de deterioro y sometimiento. Objetos colocados lado a lado de la piel, para apreciar el impacto de nuestras heridas ennegrecidas. Películas de guerra desmanteladas, esperando que nos cuenten todo lo que debimos aprender, o sí todo lo que necesitábamos era el amor. ¿Realmente esa era la pregunta de esta conversación histórica?

Acido en aprecios, afirmando la evidencia forense de que las cosas tienen significado por su choque con la historia, para que hablen y bailen sobre nuestro pasado. Frente al foro, un río lleno de árboles que auguran la marchita luz del verano ya en antaño, podemos despegar en un primer vuelo. Apretando fuerte estos objetos que brillan como diamantes para Lucy en su cielo diamantino, para venerar que puedan contarnos las historias completas, de la que fueron testigos materiales, poseyendo intacta su capacidad de mentir.

3/3/21

Combustión

Pasemos tiempo eterno, bajo la sombrilla del amor que sucede,
huyendo del sentimiento de estar juntos entre diccionarios,
de verbos vespertinos viniendo arena, nieve y mar,
ojeando un prólogo que no dejábamos terminar,
bien, en cantos tímidos de una mañana de abril.

Cercado mi tibio refresco por la ventana que te ve
suena esa risa tuya, ese reloj de despedida
yendo a ti a mucha velocidad incontrolada.
cómo antes no hemos conocido el balance de mirarnos
tu memoria grabada en mis ojos, tu historia sobre las manos
momentos de maravillosa lucha quieta
entre irnos, para oír, la tarde de testigo.

somos responsables, sin destino, sin futuro
llegaremos