28/2/18

Aprendí

Los perros son esos seres unicos y hermosos, que bailan contigo cuando eres feliz y te acompañan cuando estás hasta el culo.

Larga vida en recuerdos y sueños Quilla Mantequilla

19/2/18

Quilla mantequilla


(diciembre 2012 - 19 febrero 2018)

Quilla, Dios en su infinita bondad nos dio la bendición de conocerte hace 5 años y un poco más... Mi hermanita. Tu amor grande y juguetón, esos ladridos por todos los extraños y los que no te caían, esa fuerza para renegar cuando estabas cruzada pero también para amar en la mayor parte del día. Nos amabas a todos, pero la estrella era tu madre María; que tú escogiste porque no hay nadie mejor para ti que ella. 

Nos movías la cola si llegábamos, y saltabas con una fuerza para llegar al tope de nuestras cabezas. ¿Qué era? Querías pararte, querías besarnos en el aire, querías saltar al cierlo y darte un giro, era tanta tu alegría. Andabas por todos lados, dejabas pelo, te echabas en muebles, dormías y recorrías con tanta naturalidad y sencillez... Indomable y cariñosa, tranquila y fiel. Hoy al final, Dios decidió que era tu momento para trascender y dejar atrás el lastre de una enfermedad.

Nadie acompañaba a mi mamá como tú. Y te agradezco por eso y te pido perdón a ti y Dios por mis errores al  estar a tu lado. Sé que siempre perdonabas cualquier acción de malgenio, porque tu amor era un regalo desinteresado, y sobre todo divino. Te quiero Quilla, te admiro, te extraño y extrañare. Fue muy corto el tiempo para compartir todo lo que quisiera haberte mostrado. 


Este espacio es para afirmar lo valiosa que fuiste en mi vida y lo agradecido que estoy porque te convertiste en  la última hija de mi mamá, mi hermana y su fiel compañera. ¡Quién lo hubiera pensado! Que tendrías ese rol en nuestras vidas, si al principio me parecías una extraña peluda; pero te ganaste todo siendo la pureza de alma y belleza que eres.
 

Fui el último en acariciarte hoy antes de despedirte para siempre. No sé porque sucedió así. Pero lo considero sagrado. Espero que muevas la cola, que seas libre y llegues a una transformación donde estés ahorita. Deseo que estas palabras lleguen a un sentir que puedas entender y aprobar.
 

Es difícil lidiar con los recuerdos y con el paso de tu ausencia. Espero verte en sueños, espero sentir tus ladridos en mi corazón, espero que Dios te cobije y te lleve al siguiente punto de tu camino. Debo sobrellevar con amor tu pérdida y seguir nuestra vida, mi vida, sin poder verte otra noche que llegue o una tarde de sol. Cuida a mi mamá, a mi papá también. Todos te adoramos. Eres parte de mí, hermosa Quilla, un ángel que se posó en casa y ahora vuelve a su casa para seguir su camino. Agradezco infinitamente a Dios todo lo que nos diste.
 

Avanti Quilla, con el amor y las alegrías que me diste zurciré este hueco y el dolor de ya no poderte cargarte, abrazarte o pasar mis dedos en tu rubia melena. Mi Quilla corazón mantequilla, te querré siempre; Dios se encargará de que nos volvamos a ver.

11/2/18

Colores

Corre, corre pequeña entre mis brazos, vamos con fuerza entrégame tus sueños y sujétate. Como plastelina que se ase a la mesa para construir un arcoiris de colores, como un columpio de películas, mano a mano caminando conmigo.

¡¡Qué importa que mi cabeza y mi cuerpo se vuelvan al caos; que por degradación insensible deje de percibir poco a poco la realidad!! Nosotros entregados al deseo de nuestros ensueños, tú tomas mi mano y te sujetas entre mis brazos... contra todo. Así quisiera vivir eternamente contigo entre mis brazos, que te darán calor y protección en simultáneo; y te empujarán lejos de la materia oscura y los cielos grises de la rutina.

Te propongo que minuto a minuto podamos navegar el camino de los anchos océanos y las tierras que los costean. De día, de noche... en el inmenso viaje galáctico que estas tierras orbitan. Y en especial por las noches seremos más sueños, que la vida como sueño.
Sí, recordaré el tiempo y la pérdida de todo hacia ti, y seré tu compañero al anochecer sobre todo. Me verás cuando cierres los ojos y puedas convocarme a conocernos de nuevo, aunque ya nos hemos visto miles de veces en esta realidad y tantas otras.

Justo anoche te volví a ver, y estabas al alcance de mi vista, entre miradas y palabras, parecíamos destinados por la gravedad de nuestros corazones a cruzar las líneas de nuestro destino por siempre. Es en cierto natural, la fuerza que hoy nos conglomera a mí en el teclado y a ti mirando esta pantalla. 

Esta es una oración que ha seguido un largo trecho, desde lo real del orden soñado, al pulso de mi conciencia simbólica este domingo que la dibuja en la materia, de ahí a los impulsos nerviosos que llevan a mis yemas a pulsar hacia la forma binaria que recibe ello en un servidor colgado en un espacio ciberelectrónico que llamamos la red de redes. Símil perfecto de las sinapsis del cerebro y la forma del universo.

Qué decía esta frase, pues era como un hechizo. 
Tú buscabas en mi sueño a alguien que por fin sea quien lleve y acompañe tus locuras y gracias, que soporte y entienda la paciencia necesaria para lo que no se puede comprender en ti, pero igual amarla... tú bajo un árbol de otoño me decías que habías buscado y esperabas, yo ante ti incliné mi cabeza para llegar a tu metro sesenta, y te dije al oído esa frase que ya me habías dicho de otra vida que la repitiera cuando sea necesario. Y era necesario en ese momento del sueño, y creo que hoy y más adelante:

¡¡Yo tengo el número 4!!, ¡¡yo soy el 4!!

¿Me entiendes, lo conectas? Tú me la has dicho para que me reconozcas. Es nuestro mantra, el hechizo final para que cruces el espacio que nos separe y sonrías ante mí y por fin sea: dulces sueños en el cielo de nuestra vida ordinaria.