31/7/20

mírame a las 6

Dejas feliz sobre el camino de cerezos, la huida del pasado,
tú y yo de las manos juntados
Volaré hacia una piscina vacía en una patineta setentera. 
Y con ese giro al aire podemos encender el baile de tantas vidas en sus inviernos. 
Imagino la danza de pequeñas historias que nos hemos contado, 
donde me dices que no sabes bailar salsa, pero yo tampoco. 
Empapados de una fiesta subterránea, con el ardor de una tarola y una botella helada de maracuyá. 
Intentamos, entre sueños pintados 
un mundo elevado y claro
Y en giros como amigos jugando en sillas con fuego
Somos remolinos, y llamo a un recuerdo
que nunca ha sucedido allá afuera, 
tantas veces soñado esperando en la forma del silencio. 
Que habrá sucedido por tus pensamientos la víspera del primero. 
No, nunca hemos estado. 
Pero te he esperado en los inviernos que vienen a cazarnos. 
Oteo la luna mientras tú miras al sol
Y esta noche estamos aquí, 
yo pensándote y tu llamándome. 

28/7/20

Sirena cohete

Empezamos con las noches frías de este invierno no estático, que entre el viento trayendo en sus silbidos las penas de tantos idos por la pandemia y entre el sol de mediodía que abriga de luz saliente estas semanas; nos hacemos audiencia del incansable vaivén de la naturaleza consciente de caos. 

Monumento a nuestros ojos, 
historia de los relojes que avanzan sin batería. 

Desconocido es para mí, también para nosotros, qué tendrá deparada la vida para tomarse hoy como un presente y mañana como un recuerdo regalado. Es julio que se acaba pronto, en un año de premoniciones y de cierres para esta era del pez.

Sin embargo, recordemos también los nacimientos, que arriban con el llanto de una recién nacida, que ante la luz del invierno conjugados con sus estrellados aretes de oro en los lóbulos, remarca que el sonido es el inicio. El sonido también enlaza con lo divino.

Cuenta una vieja leyenda hebrea que fue necesario templar el material de nuestras almas con nuestra carne, con mucho sacrificio y dolor. Transfigurar nuestro ser con un errante caminar por un desierto de días calientes y noches frías con poco alimento y bebida, para que se expulse atosigando nuestra carne de la sed y el dolor, los yerros del ego y la ira, la nostalgia y la pena. Y ya con el último aliento, abandonados como pellejo, somos el metal que labrará Dios. Pero claro ese es el camino de unos pocos. Aunque está para todos.

Hoy los desiertos son vastos y mucho más sutiles; en redes de información, en la vasta intranquilidad de que no somos quienes quisiéramos. De qué soñamos lo que otros consiguen, de que perdemos lo que otros desean, de que caminamos con zapatos en tierra sagrada para pisar descalzos.

Es una oscura y brillante línea de horizonte que se traza, bajo la neblina, bajo el sol oscuro; con los cantos de sirenas que ya no dejan tiempo de amarrarse al mástil de nuestros vehículos, o de tapar los oídos. El sonido de esas doncellas de Odiseo, nublan el camino de mujeres u hombres. Con bastantes pensamientos que trepidan y desgano que avasalla.

Y dónde buscamos la felicidad, para completar lo que nos sacan las sirenas del mundo. Es una gran pregunta, es la cuestión de hoy.
Quizá en un viaje a las estrellas, que son la multitud del firmamento, el espejo de nuestro lugar en el universo y la tela que abriga la atmósfera.

Quizá en saber que las estrellas no están afuera, sino adentro. 

En puntos de nuestras pieles, en surcos de nuestras venas, en remolinos de vellos, en los lunares que poseemos, todas ellas se quedan impregnadas por las huellas estelares de lo que somos cuando escogemos y lo que nos depara el mañana luego.

Queda nuestra voz, porque somos los que destierran sirenas con sonrisas, la sirena que hay en ti estuvo antes en mí.

25/7/20

Sin tiempo

Cada 25 es un día sin tiempo.

Hace muchísimos años, sábado como hoy, ocurrió esta peculiar despedida de uno; que tras salir de clases y verte por esa calle de santa beatriz al lado del gran parque, que hoy ya no existe como antaño, no la cobijan esos árboles y las sombras de entonces; te impregnaste para siempre en mí como una situación de color, olor y hasta sabor.
Pero, tú, ensortijada llevabas tu espalda, y así te perdiste con tus amigas ignorando el peso de ese día con ese momento.
Y ya no te volví a ver.
La magia del tiempo y los designios es muy precisa, casi matemática de energías y mística.

El año pasado un 25 de tal, me despidieron de forma muy sintomática en medio de la lujuria de un estado febril. Vaya que sentí que podía durar más. Pero, aquella mujer fue dura y enfática, no quería saber de mí.

En la hora actual, por la penumbra de la noche de víspera de viernes, también sucedió algo igual. Por teléfono, yo en mi cuarto, otra interlocutora, ahora era alguien que no podía corresponder y de nuevo me dijo hasta luego, que debía olvidarme, aunque le dije que podíamos ser amigos. Colgó y acabó.

Recuerdo que tú me dijiste hace veinte años lo mismo, y siempre pienso que debí aceptar y aprender lo que es ser tu amigo. Pero vaya ya es tarde para desandar ese camino.
Pero qué haces cuando las lecciones te son dadas tempranas a ti, y a otros les falta saber.

Igual te confieso algo, si te escribí hace poco en tus cuarentas, es porque un ave me dijo que en tus sesentas será una buena anécdota. La escuché mientras caminaba hoy.

Lo que son las cosas, estos 25 me llevan a que alguien me deje atrás, cuando se podrán quedar. Yo creo que la respuesta es muy simple, y lo digo con una sincera sonrisa que te imagina de espejo: el amor propio y el amor de Dios es lo verdadero que necesito hoy. Y punto.

Hoy escuché en el azar closing t y true l.
Para luego, en la frontera de este día, habrán tres canciones pensadas en ti por la medianoche: corazón...., ... pensé... y ... veces. Ojalá algún día te las pueda hacer escuchar.
Es curioso, pero nunca más volveremos a vivir un día sábado parecido a hoy, solo al final del siglo se repetirá. 
Entonces, es especial decirle hasta nunca pronto, fuiste muy importante, pero es momento de avanzar. 
Te sonrío y abrazo en tu estado. El sin tiempo avanza para abrirse a las trinos de la nueva puesta de sol.