18/2/23

Semejanza a la comodidad de un papayo

El dieciocho la vida que nunca muere bajo la luz del estío
renovando su imagen en cuatro revelaciones pensando al futuro,
como piedra maciza en maravilla amasada de líneas incaicas,
siendo una pregunta masiva hacia la máxima cicatriz azul
dejando que solo suceda:
luchar en los ríos el baile
volar en las fotografías besos duros
congelar en el barro los pétalos de jazmín
doblar la luz del lenguaje pasajero.
Memoria eres a la esfera pública de tu crecimiento,
con honestos bulbos verdes que serán balones amarillos
de carne brillante amarilla.
Creciendo lejos de la fiebre y los humos tubulares
en un canto al génesis del principio,
verbo con luz, 
sonido y Shiva.
Intimidad al ojo de los copos en girasol,
reduciendo el solsticio, porque sabes qué hacer
siendo maestras del flujo, agua que recorre
de tus raíces a la punta estigma que te une al cielo
desarrollas el mundo extraño hacia lo pleno.
Oh árbol sagrado, 
cáliz de la naturaleza,
lleva mi alma a donde anhela ser,
que mi ser remonte para vivir como nunca
he vivido antes.