22/11/13

Líneas azules

En Marzo con el olor de útiles nuevos pedí al librero,
un ciento de  fichas blancas bibliográficas, combinado tamaño grande y medio.
Mi primer deseo fue escribir palabras nuevas  y simpáticos nombres raros.
Luego quise llenarlas de pasajes de novelas, historias de corazón y naranjas lima.
Pero el espíritu de pedagogía en primaria insistió que servían para colocar autor,
título de libro, editorial, páginas  y un resumen.
Tampoco por eso las escribí, ni con lápiz o lapicero azul,
Por las mañanas soleadas se me ocurrió poner diálogos de novelas o historietas.
Luego fueron las palabras dichas en telenovelas o películas
También imaginé poner nombres de canciones que escuchaba en la radio
y podía grabar en cassette.
Tampoco las escribí por aquello.
Y siguieron esperando en ese espacio de mis cajones que se iba agolpando
de libros, cuadernos usados y grados de secundaria.
Hasta que en la universidad vislumbré su fin, servirían para los apuntes
de libros a estudiar para los parciales.
Pero una chica atenta a mi plan, se paró y dijo porque no sacas fotocopias y
resaltas lo que quieras con color amarillo fosforescente.
No quedó de otra, empolvadas esperaron ser escritas.
Cada línea que pude escribir la perdí en la memoria
Y cada lápiz o lapicero con que pude unirlas, fueron a otras hojas.
Hoy siguen siendo cien, y son desde la primaria testigo fiel de mi educación.

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