27/4/14

de corazón jugando con mentes

Todo empezó cuando empecé a hacer cosas raras junto a las normales. Y aunque cualquiera que me vea asegurará mi normalidad, pues no es así. Porque para combinar la extrañeza de mi vida,  algo de raro ayuda a hacerlo. Trabajar y estudiar, juntar dinero para casa y auto fue lo común; pero luego fue escribir y luego soñar y luego de aliño no comer lo mismo que todos, no beber alcohol, cambiar los planes y equilibrar la doble vida de social y marginal. Y lo más duro; ahondar al autoconocimiento para aprender a irradiar lo que no llevaba dentro, aún: paz con sinceridad.
Y concebí que lo mejor era empezar de nuevo y estudiar en más una nueva profesión, y me sumí en la incertidumbre de definir prioridades. Entonces mis hombros no llevan un peso grande pero el hecho de ser un buscador, trae la aparición de visiones y pruebas. Frente a mi rostro apareció el tiempo, las huellas y las bromas duras del destino. Estas últimas jugando cartas para mostrar lo hueco de mis fortalezas, la dureza de mis obsesiones y la frialdad de la soledad.
Y me metí al juego, pero el juego me hace débil. Y más que ir hacia afuera debo ir adentro, cuando todo lo que el mundo me ha susurrado desde niño es que rompa cualquier precisión, cualquier anticipo de historias, y sea de una vez y por fin el universo en expansión. Pero lo que descubrí es que ese camino no va por afuera: al ego de que todos sepan. Sino hacia adentro, al centro magnetico de mi alma. En silencio y sin testigos.
¿Quién lo dijo? Pues el mismo Dios.
Como la suerte empezó a fluir, de un lado viene y del otro va; pero desde hace varios años para mí, el mundo el mismo Dios lo ha separado, y veo cosas que otros no ven entre lo real y la ilusión. Tengo que seguir rutas con muchas dudas, moviendome casi entre ser camino, entre ser andante. Porque sé que el fin no es conseguir nada pues no se sale vivo de acá, sino que el final es llegar a unirme con el origen para no volver.
Entre ángeles que cantan muy bello y demonios que gritan y me sumen en monologos y silencios tristes, solo soy un hombre que quiere ver el corazón de Dios, y debo ser heroíco.

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