30/8/08

starwoman

Aclaración: el uso del plural no se debe a que pertenezco a la realeza. El plural es una mancha (batería, grupo, collera, etc) que tuve el placer de conocer. Y me he tomado la conchudez de hacer públicas sus vidas, aquí. Sin más preámbulo.

SENOFOBIA
No hay porque creer que fue cruel el ponerle a Rosa, La nana, por su apariencia similar a la nana del Conde Patula. Tal ocurrencia del mosca le causó gracia a Rosa y aceptó con cariño su nuevo apelativo. De entonces en adelante es La nana. Dicharachera y motor estelar del grupo, a La nana le encanta salir de noche en parte por la vida nocturna pero más importante aún por su gran amor a las estrellas. Le encanta mirarlas e imaginarse cerca de ellas, sobre todo si ya se cansó de juergear. Tal imaginación se remonta a una niñez que después del cole veía Viaje a las Estrellas en un canal local. Esa frontera final y los lugares a donde nunca una mujer había llegado antes le dieron su sueño: construir astronaves. La nana es capa en números y postuló a la UNI varias veces pero parece que no era para ella. Un día depre, caminábamos por la Av. Arequipa y vio el anuncio de la Federación de Universidades Rusas, ese nombre fue más que suficiente para entusiasmarla, fue a su Federación se inscribió y con las mismas ya estaba en un avión. No sabemos cómo pero terminó en Kazajistán que no es rusa pero fue soviética. Allí estudió Ingeniería Aeroespacial o algo así y le fue muy bien. Pero en ese lugar remoto La nana tuvo una experiencia que la transformó, todo por ser extranjera y tener el cuerpo que tenía. De la cultura islámica imperante surgió un grupo radical: Los Senofobos.
El odio a los pechos grandes era porque las mujeres kazajas son mujeres de muy pero muy modestas proporciones, pero desde los 90s con la inmigración se desató el cambio de paradigmas. Mujeres tetonas y culonas poblaban las calles de las principales ciudades, y los kazajos en candencia pendencia, las conquistaban y se casaban con ellas; dejando a las flacas pero igual de valiosas kazajas sin oportunidad y perdiendo los mejores partidos. Esto originó la ira de quienes condenaban la pérdida del alma nacional por la mezcla de locales con foráneas. Se pensó primero en una campaña masiva de aumento de senos y culo para las kazajas, pero los costos astronómicos archivaron el plan. Entonces, un grupo de señores y señoras emprendieron la senofobia como única salvación para la patria. Pero por qué sólo las tetas, bueno sólo ellos lo saben. Así, por las calles nocturnas de Kazajistán empezaron los ataques a mujeres tetonas.
Varias amigas de La nana sufrieron ataques y vejaciones que obvio detallar, pero la asustaron y en un e-mail masivo nos contó que iba a tomar medidas drásticas para salvarse y no frustrar su sueño. Creo que fueron dietas, fajas para los pechos, baños en yeso, trotes kilométricos y hormonas, además de un sin confirmar cirujano kazajo que le dio los últimos retoques; pero lo que es, la nana pasó de un 38C a un limonero 32b. Exacto, fue radical. De este cambio de figura nos dimos cuenta cuando volvió hace dos años. Porque regresó al Perú para asentarse con muchas ideas y una reformulación de su sueño. Ya no quería trabajar para ninguna agencia espacial, sino volverse millonaria y con esa plata pagarse viajes y estadías fuera del planeta.

Hoy es de lejos la más parada del grupo, vive sola en un departamento en Chacarilla, maneja un Audi y su empresa propia hace aparatos electrónicos que vende a no sé cuántos países. Incluso le vende tecnología al pentágono por eso el mosca y yo creemos que está metida en algo secreto. Tiene un cuarto en su depa que está cerrado siempre y ahora le gusta tomar Apple Martinis “shaken not stirred” (agitado no mezclado). Sin embargo, no importa en qué ande seguimos queriéndola, pues para salvar sus sueños perdió las tetas; sólo que aún cuesta acostumbrarse a que la nana ahora parece más bien una Oliva.

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