14/9/08

inmortal


Lima soy tuyo
Hay una ciudad por el mar.
De amable compañía, aunque se supone que no la quieras.
La gran historia comienza en su cielo gris insaciable, que sirve si te animas mirar arriba como hoja para dibujar figuras que lloverán.
Y se supone que no la querrás.
Le dicen racista. Atrasada y de caos.
Pero aquí, como en cualquier lugar, en hora punta todo se condensa y hay inseguridad, neura, histeridad; pero atento, si escuchas al otro lado del vidrio, el aire no deja de circular y la chocolatera y el malabarista dan su actuación.
Sombreros y cacao para la felicidad.
Y el detalle está en que no sólo hay autos, celulares y televisores, sino un gran vacío que llena nuestras cacerías. Porque hay detalles para empezar.
la mirada desde una azotea sobre el Jirón de la Unión, la casa forrada de flores en Miraflores, el sonido del agua bajo puentes de piedra colonial, la cocaína de la plaza barranquina, las rejas de laberintos de seguridad, la techada con fiesta calor, el frío mojado en soledad de Pachacútec, los hospitales llenos de maltrato, un cementerio al sur cubierto de duna, el silencio de calles sin acera y con mansiones, el sabor novoandino del despanzurrado señor cuy, un brindis que pide orgasmos coloridos al barman, una abuelita que maneja mirando el retrovisor, otra abuelita sola en un paradero pidiendo orientación, la dama que usa perlas y lentes de sol, el varón que tomará tu cuello por una cómoda donación y la niña viendo lazy town comiendo mandarina, dulce sano.
Y ni empieza.
revolcada melodía.
alucinada sinfonía.
estas con tus audífonos al sonreír.
Por La Marina un auto para y una chica sale de la puerta a vomitar.
y yendo al sur por el sol, un chico abre en 100 y con la puerta destapa su cervecita.
Lima soy tuyo.

Oh chicas gracias por el favor, en Larco y jirones seguras de ir llegando,
se sientan
y puedo verles la raya y sus hilos.
más al centro, el verdadero tráfico que circula por la ciudad hostal, deja preguntar:
¿quién no ha tirado alguna vez por Lince?
y los chicos usan polos pegados y músculos marcados que atraen,
algunos flacos deprimidos de negro rosa les salen al encuentro,
y todos suben al mismo micro
para llegar más rápido al amor.
De lunes a domingo, en la planicie o el pabellón, mezclados todos bajamos y subimos,
movidos como olas en mar, superficie de un gran fondo que junta.
Por ahí, el pastor de iglesia habla de sacrificio,
el cantante neopunk llega a la nota en televisión,
el escritor aventajado diagrama e imprime,
la niña pintora vende el cuadro vestido,
la voleybolista linda enamora al pasar,
y el moreno llegará a ganar un millón con sus piernas.
el administrador paga, la abogada firma, el vendedor cierra,
y la brujita lanza su predicción sobre Saturno anidando a Venus.
La gringa va al mar a hacer un tubo, y tres más le toman la foto.
El supermercado atiende a todos como en casa, el tendero lo toma literal.
Lima te amo.

Un coro antiguo canta, sobre la pared de un milagro pintado en morado.
Vamos al diván.
vamos al gym.
vamos a bailar.
Marinera, salsa, cumbia, perreo, criolla, reggae, rave, rockitas!!!!
Unos pereros fuman un porro por primera vez y una tía se avienta de su penthouse por el dolor de las deudas. Todo la misma tarde que te lleva a pasar las calles mirando un parabrisas.
O andas a pie, en bicicleta, en patín, silla de ruedas.
Un vacío que te casa.
Escuchaste que el gran gerente se robó toda la planilla.

el funcionario sacó la marmaja y nos rompen las pistas,
el crítico de cine persigue en su auto a un palurdo cobardón,
y al policía se le respeta, se le paga con billete y no monedas.
Que remolino para más real, como eco en montaña de capulis y dalias...
nos encerramos por los soles, avalancha en mediodía,
y salimos para disfrutar la luz de tarjetas sobre farolas.
Lágrimas, como dolor de estomago,
O robo de un pendejo. O infidelidad en tu cara.
Pero ese sinsabor de cara al mar, con postres, con calles de siempre,
mientras lo evites, marcará.
Porque da risa lo que puedes hallar si te dejas andar,
es la real verdad lo que conoces por caer sobre este lugar,
que es hogar y comedor y un pequeño water donde jalar cuando hay demasiado que cargar.
el sol desde el malecón, los edificios poco altos, los parques, la mirada al estar juntos,
pues se supone que no la querrás, pero hasta hoy vivo acá.
Lima, soy tuyo.
Lima, soy tuyo.



1 comentario:

Maria Pía dijo...

Hola veo q soy la primera, y no creo q nadie t comente es muy buena tu descripcion de nuestra Lima la gris pero la q todos amamos porq nos deja pasear por su libre albedrio, increible narracion..te molesta q t ponga en mi lista? es q de verdad es una increible narracion..

saludos