Marina es hija de un marino. Señor que viaja en helicoptero hacia barcos en altamar para navegarlos con brújula y timonel hasta encallarlos en puertos peruanos.
Paita, Chimbote, Callao, Ilo, Matarani. Su papá fuma pipa pero no come espinacas.
No vive por la Av. La Marina pero su cuarto daba frente al Liceo Naval.
Linda ella creció y se enamoró. El amor la llevó hasta el altar y de blanco un sábado de noche, con invitados de parte, el cura la esposó con su incomensurable amor de apellido Guerra.
Por eso desde entonces ella se llama Marina de Guerra.
Me dice mírame bien antes de hablar:
Marina toma agua embotellada pero le gusta bañarse en salada.
Tranquilidad de limpia que toma para cantar con las gotas cayendo, gruesas como nubes.
Le gusta la esponja de baño, la piedra pomez y conjeturar cuanto plancton cabe en un balde de pintura.
Sólo va a la playa en verano pero no piensa comprarse casa por temporada.
Lava los tenedores con mucha agua. Y los platos se sopa los hunde como buques en batalla.
Piensa tener dos hijos, Ana y Tadeo. Nacerán en piscinas natales, calatitos lo primero que harán no será llorar sino burbujear. Y me dijo que les tome una foto sumergidos en agua para personalizar la caratula de su disco favorito.
Hay que tener cuidado con no filtrar por el cordón umbilical.
Nada estilo pecho con speedo blanco. Si la escuchas respirar bajo agua en realidad lo que hace es silbar.
Es poco violenta pero cuando se enoja su mamá le da agua de azahar.
Sus colores favoritos son cualquiera que pueda entrar en un coral.
Se dice que Marina pudo descubrir la cura de la dismorfia sanguinal, pero se dedicó a estudiar publicidad.
la la la
Hoy viaja en velero por alguna playa tropical. Come merlín y atún azul.
Ha visto de cerca ballenas jorobadas, orcas y delfines. Siempre saltando cerca al bote para su humedad visual.
Si se enferma lo primero que le pasa es que se le secan los labios.
Cuando llora, sus lágrimas pueden ser traslucida turquesa si es de rabia o traslucida rosa si es de tristeza.
Valora sudar mucho cuando hace ejercicio, las axilas y la espalda le forman en la ropa una mancha forma pera dulce.
Por último, a pesar de ser respondona y algo temperamental, Marina de Guerra siempre ha sido y será bien monse para pelear.
Paita, Chimbote, Callao, Ilo, Matarani. Su papá fuma pipa pero no come espinacas.
No vive por la Av. La Marina pero su cuarto daba frente al Liceo Naval.
Linda ella creció y se enamoró. El amor la llevó hasta el altar y de blanco un sábado de noche, con invitados de parte, el cura la esposó con su incomensurable amor de apellido Guerra.
Por eso desde entonces ella se llama Marina de Guerra.
Me dice mírame bien antes de hablar:
Marina toma agua embotellada pero le gusta bañarse en salada.
Tranquilidad de limpia que toma para cantar con las gotas cayendo, gruesas como nubes.
Le gusta la esponja de baño, la piedra pomez y conjeturar cuanto plancton cabe en un balde de pintura.
Sólo va a la playa en verano pero no piensa comprarse casa por temporada.
Lava los tenedores con mucha agua. Y los platos se sopa los hunde como buques en batalla.
Piensa tener dos hijos, Ana y Tadeo. Nacerán en piscinas natales, calatitos lo primero que harán no será llorar sino burbujear. Y me dijo que les tome una foto sumergidos en agua para personalizar la caratula de su disco favorito.
Hay que tener cuidado con no filtrar por el cordón umbilical.
Nada estilo pecho con speedo blanco. Si la escuchas respirar bajo agua en realidad lo que hace es silbar.
Es poco violenta pero cuando se enoja su mamá le da agua de azahar.
Sus colores favoritos son cualquiera que pueda entrar en un coral.
Se dice que Marina pudo descubrir la cura de la dismorfia sanguinal, pero se dedicó a estudiar publicidad.
la la la
Hoy viaja en velero por alguna playa tropical. Come merlín y atún azul.
Ha visto de cerca ballenas jorobadas, orcas y delfines. Siempre saltando cerca al bote para su humedad visual.
Si se enferma lo primero que le pasa es que se le secan los labios.
Cuando llora, sus lágrimas pueden ser traslucida turquesa si es de rabia o traslucida rosa si es de tristeza.
Valora sudar mucho cuando hace ejercicio, las axilas y la espalda le forman en la ropa una mancha forma pera dulce.
Por último, a pesar de ser respondona y algo temperamental, Marina de Guerra siempre ha sido y será bien monse para pelear.
2 comentarios:
"Se dice que Marina pudo descubrir la cura de la dismorfia sanguinal, pero se dedicó a estudiar publicidad." jajajajaja parece q me hubieras retratado con esa frase jajajajajajaj ay pav! tu y tu dismorfia sanguinal... buen post!
hola dias q no t lei...estaba pasando el mal rato de mi cumple...marina era un tia q detestaba pero ahora hago la paz con todos asi q la recordre no mas con gracia y simpatia...
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